El plan de seguridad presentado por Claudia Sheinbaum durante su campaña presidencial incluye aspectos positivos, como el fortalecimiento de las labores de investigación y la coordinación entre policías y fiscalías estatales para reducir la impunidad. Sin embargo, también contempla la consolidación de la Guardia Nacional bajo el mando del Ejército, lo que acentúa la militarización en el país, de acuerdo con expertos consultados.

Los ejes 3 y 4 del plan de Sheinbaum involucran a instancias locales como policías y fiscalías, así como a la Fiscalía General de la República (FGR). La exjefa de gobierno de la Ciudad de México menciona impulsar y capacitar áreas de inteligencia e investigación, y presentar una iniciativa de ley para integrar el Sistema Nacional de Inteligencia.

Daira Arana, experta en política pública, considera positivo que se enfoque en mejorar la coordinación entre los ámbitos federal, estatal y municipal, así como entre policías, ministerios públicos y fiscalías, pues esto ha sido un problema que ha impedido resultados efectivos en seguridad. Sin embargo, Arana también señala la falta de detalles sobre las medidas y el presupuesto para ejecutar estas propuestas.

Por otro lado, Sheinbaum ha afirmado que seguirá consolidando a la Guardia Nacional, dejándola en manos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena). Esto forma parte del llamado "Plan C", un paquete de 20 reformas constitucionales impulsadas por el gobierno actual.

Expertos como Lisa Sánchez, de México Unido Contra la Delincuencia, advierten que esta reforma elimina el artículo 129 constitucional, que establece límites a las funciones militares en tiempos de paz. Además, reconoce a la Guardia Nacional como una fuerza armada de carácter permanente, con funciones de seguridad pública indefinidamente.

Para Ernesto López Portillo, de la Universidad Iberoamericana, la militarización va más allá de quién comanda las decisiones y tiene que ver con cómo se hacen las cosas, en términos materiales, culturales, organizativos y operativos.

"La virtual presidenta electa afirma que es la autoridad civil la que conduce esas decisiones. No lo podemos comprobar a través de evaluaciones que nos permitan confirmar qué decidirá la jefa de estado y qué decide el mando militar", expresa López Portillo.

El quinto eje del plan de Sheinbaum es la reforma al Poder Judicial, que forma parte del "Plan C". Sin embargo, esta reforma se centra en aspectos como la elección por voto popular de jueces y la reducción de cargos y salarios, pero no aborda la procuración de justicia.

Expertos señalan que la reconstrucción de las fiscalías es fundamental, pues ahí se encuentra "el primer y más importante motor de la impunidad: la incompetencia para perseguir e investigar los delitos". Si las fiscalías no tienen un desempeño profesional y rinden cuentas, no habrá una reducción de la impunidad.

Incluso, la propia presentación del plan de Sheinbaum reconoce que se requiere una reforma integral al sistema de justicia, más allá de solo reformar al Poder Judicial.

El plan de seguridad de Sheinbaum presenta aspectos positivos en cuanto al fortalecimiento de la investigación y la coordinación, pero también contempla la consolidación de la Guardia Nacional bajo el mando del Ejército, lo que acentúa la militarización, según los expertos consultados. Además, la reforma al Poder Judicial no aborda de manera integral la procuración de justicia.

Con información de: Animal Político